Un aula remodelada, con su aire acondicionado, iluminación, silletería y baños nuevos, es el aporte de Ternium Colombia para 45 niños en condición de discapacidad que estudian en la Institución Educativa Augusto Quant, del barrio El Pradito, del municipio de Palmar de Varela, en el Atlántico.
Cuando Daniela Asendra, de 16 años pueda volver a clases, como lo hacía antes de la pandemia, se encontrará con un salón totalmente remodelado en su escuela de Palmar de Varela, en el Atlántico; el cual contará con sillas nuevas, ventilación, iluminación y con acceso a nuevos servicios de baños.
Para su madre, María Durán, que ya conoció el aula que Ternium les construyó en la institución educativa, solo atinó a decir que “lloró”; porque su niña ya no tendrá que soportar allí las altas temperaturas del Caribe colombiano, ni tendrá que sufrir por un baño lejos y sin duchas, y demás incomodidades a las que estaba sometida junto a otros compañeros, con múltiples discapacidades físicas y mentales.
Un reto
La pandemia no podía ser un impedimento, este año con apoyo de un contratista, Ternium realizó su voluntariado, donde convirtieron un salón de clases en malas condiciones, en un lugar apto para los estudiantes entre los grados primero y quinto de primaria, explicó Dora Ospina, Business Partner, Recursos Humanos Ternium.
“Tomamos un espacio con un techo que no protegía del calor de la costa a estos niños; lo estucamos, pintamos y lo aislamos para hacer más efectivo el aire acondicionado que se les puso. Además, se usó un área aledaña para la instalación baños con duchas nuevas que quedaron integradas a este espacio”, agregó Ospina.
Gran beneficio
La obra fue entregada el pasado 8 de abril, luego de que su inauguración se postergara por causa de la pandemia; aunque los niños siguen en sus casas mientras retornan a clases y estrenan este nuevo espacio.
Sara Lucía Caballero, coordinadora de la institución educativa, en donde también asisten otros 600 niños de bajos recursos económicos contó que “A la Institución se acercaron un grupo de personas de Ternium, entre los que había ingenieros y arquitectos para apoyar en una intervención a favor de la comunidad estudiantil, que es bastante vulnerable, los cual consistía en dar un beneficio para las personas más necesitadas. Así que llegaron donde era, porque aquí los niños son de padres de muy bajos recursos, que trabajan en el campo o viven de la informalidad”.
Sin embargo, otra que está feliz con esta nueva obra, y que no ve la hora de estrenarla, según expresó, es Hayda María Caballero, quien está al frente del grupo de estudiantes con “educación inclusiva, donde tenemos a alumnos que tienen baja visión, síndrome de Down y otras discapacidades”.
Hayda agregó que “aunque nunca dejamos de hacer nuestra labor con los estudiantes, así tuviéramos que partir los grupos y sentarlos en el corredor; y muchas veces soportar un salón oscuro en días lluviosos, o un intenso sol desde la mañana, Ternium nos colaboró con un salón totalmente nuevo, donde los estudiantes estarán muy cómodos cuando regresen”.
Por último, la coordinadora Sara Caballero agregó que “ya el salón está construido, y es muy bonito. Infinitas gracias a esta nueva empresa que llegó a Palmar de Varela, y está cumpliendo con unas de sus grandes metas, como es la de proyectarse socialmente”, para beneficio de niños tan especiales como Daniela Asendra.
En Colombia, Ternium ha participado hasta la fecha en cuatro voluntariados, dos en la ciudad de Manizales, uno en Barranquilla y uno en Palmar de Varela.