En el marco del ‘Día mundial de la lucha contra el cáncer de mama’, entrevistamos a la compañera que le ganó la batalla a esta enfermedad.
Cuando a Katherine Cañas, Supervisora Verificadora en Barranquilla, se le pide un consejo sobre el cáncer de seno, no duda en decir que lo más importante es tomar conciencia de esta enfermedad y practicarse el autoexamen de manera periódica sin importar la edad o cualquiera que sea su condición. “Yo no tenía ninguna razón aparente padecerlo y me tocó vivirlo”. Esta es su historia.
¿Cómo fue tu proceso?
En el 2013, fui diagnosticada con un carcinoma en la mama derecha grado III. Inicié tratamiento con quimioterapia que duró cinco meses, luego me hicieron una cirugía conservadora de la mama derecha y vaciamiento ganglionar. Posteriormente, recibí 30 sesiones de radioterapia.
Me reintegré a mis labores a finales de enero del 2014. En total, fueron nueve meses de incapacidad y recuperación física y emocional, aún me encuentro en tratamiento y controles, pero el próximo año cumplo 10 años de mi diagnóstico, con lo cual espero me den el alta definitiva.
El apoyo de su esposo fue fundamental en su proceso
¿Cómo lo detectaste?
A través de un autoexamen, yo me lo hacía habitualmente porque mi médico de familia me había educado en esa práctica. Por eso cuando sentí una masa dura en mi seno derecho me llamó la atención e inmediatamente acudí a una cita médica. Me ordenaron varios exámenes, pero solo por medio de una biopsia se pudo determinar el tipo y grado del tumor.
Las quimioterapias me causaron muchos efectos secundarios, lo maěs visible fue la caída del cabello, expresoě Katherine
¿Cómo fue el tratamiento y la recuperación?
El tratamiento fue agresivo porque yo estaba muy joven, en mi familia no había antecedentes de ningún tipo de cáncer, por lo cual mi caso era muy atípico y los médicos decían que había que atacarlo con todo. Las quimioterapias me causaron muchos efectos secundarios, lo más visible fue la caída del cabello, pero tuve otros efectos como náuseas, debilidad y las llagas en la boca porque no podía alimentarme bien. Todo esto lo fui superando con el tiempo y con los cuidados de mi familia.
De la cirugía me recuperé rápido, al principio era doloroso mover el brazo derecho, pero con ejercicio diario logré mejorarme en poco tiempo. Las radioterapias me afectaron emocionalmente porque aún tengo en mi cuerpo las marcas que me hicieron en la primera sesión y cada vez que las veo me hace recordar ese duro momento.
Para Katherine, Joseģ Alejandro su hijo fue una gran alegría
¿Cuál fue tu mayor logro en este proceso?
Mi mayor victoria fue poder concebir a mi hijo que ya tiene tres años, ya que los médicos en su momento se reservaban la posibilidad de que pudiera ser madre.
¿Cómo fue tu vida después de la recuperación?
Yo siento que mi reintegro y adaptación a la vida laboral fue muy fácil, porque siempre extrañé mi trabajo y mi sentimiento de ser útil siempre estuvo intacto. Sin embargo, en mi proceso personal, la sanación espiritual fue fundamenta, allí tuve que aprender a cambiar ciertos patrones de conducta.
¿Cuál ha sido el mayor aprendizaje?
Cuando uno vive una experiencia como esta, aprende a valorar la vida y a verla desde otra dimensión. Yo antes me agobiaba mucho por los problemas, me dejaba llevar por mi temperamento y me ofuscaba con facilidad ante las situaciones adversas, pero después de experimentar esta enfermedad y de compartir con tantas personas en situaciones parecidas y quizá peores que la mía, he aprendido a desarrollar mi empatía.
¿Cómo afrontas hoy las situaciones difíciles?
Cuando tengo algún problema pienso en todas esas mujeres que como yo lucharon, pero no pudieron dar su testimonio y me siento una persona afortunada porque con la ayuda de Dios cualquier situación problemática se soluciona, solo es cuestión de tener fe y hacer siempre lo que es correcto.
¿Algún consejo para las personas que tengan un familiar que esté pasando por algo similar?
No dejen de brindarle su amor, comprensión y apoyo incondicional; no está bien culpar, ni juzgar a una mujer por padecer esta enfermedad, se debe es acompañarla en todo su proceso, consentirla, cuidarla, no dejarla sola, llenarse de mucha paciencia. El apoyo de la familia es fundamental, si crees que la estás pasando muy mal porque tu ser querido está luchando por esta enfermedad, piensa cómo se debe sentir ella que lo está padeciendo personalmente. También recuerden la importancia de realizarse el autoexamen, no me canso de decirlo, ese diagnóstico previo hecho por mí fue lo que hizo la diferencia en mi vida.