Hoy haremos un recorrido por la historia de la arquitectura para descubrir por qué el acero ha sido fundamental para la evolución de esta disciplina. ¡Acompáñanos!
La historia del acero está íntimamente ligada al desarrollo de la arquitectura. Con él se han construido algunas de las estructuras más emblemáticas del mundo. Además, millones de edificaciones como viviendas y espacios de comercio, entretenimiento y recogimiento, han sido elaboradas con este metal.
Desde los primeros usos en la antigüedad hasta las innovaciones contemporáneas, el acero ha demostrado ser versátil y duradero. Evoluciona para adaptarse a las necesidades y las tendencias de cada época.
De Grecia a la Edad Media
El uso de este material tiene raíces profundas en la historia. En el año 1000 a.C. Los griegos utilizaban técnicas para endurecer armas de hierro mediante tratamiento térmico. Esto contribuyó al establecimiento de las primeras referencias de acero.
Más adelante, en India, se creó la primera pieza mediante la aleación de hierro colado con bajas cantidades de carbono. El mayor ejemplo es el Pilar de Hierro de Delhi, una columna forjada alrededor del año 400 d.C. que todavía se mantiene en perfecto estado.
Fotografía pilar de hierro de Delhi.
Durante la Edad Media el uso del acero se consolidó con las ferrerías, es decir, los gremios artesanales de la época que trabajaban con metales. Se encargaban principalmente de fabricar un material armamentístico más refinado que el se utilizaba en Grecia y Roma durante la Edad Clásica.
La introducción de los altos hornos en el siglo XV en Europa —conocidos como stückofen en Harz, Alemania— favoreció la producción a gran escala de estas aleaciones. Este avance fue clave para la revolución industrial.
La revolución industrial y el acero en la arquitectura
Con la llegada de la Revolución Industrial en el siglo XVIII se aceleró la producción de este material y mejoró la tecnología que se empleaba para su fabricación. La invención del convertidor Thomas-Bessemer en 1856 permitió la conversión de hierro en acero sin necesidad de utilizar combustible. Esto facilitó la creación de grandes cantidades de alta calidad.
Podríamos decir que uno de los primeros usos de este metal en la arquitectura se remonta a la construcción del Puente de Coalbrookdale en 1779, también conocido como Iron Bridge. Este diseño marcó el inicio de una era en la que el acero comenzó a ser reconocido por su resistencia y su durabilidad. Después, en 1890, el edificio Rand McNally Building —ubicado en Chicago— se convirtió en el primer edificio del mundo con una estructura fabricada totalmente en este material.
Posteriormente, se elaboraron construcciones aún más grandes y complejas, como la Torre Eiffel en Francia (1889) y las Torres Gemelas en Nueva York (1973-2000).
Innovaciones tecnológicas y sostenibilidad
En el siglo XX la producción del acero avanzó significativamente: en 1902 se introdujo electricidad en el proceso de fundición de metal, y en 1950 se implementaron equipos de colada a altas temperaturas.
Hoy en día la industria se centra en el desarrollo sostenible. Una ventaja enorme es que este material es 100 % reciclable, lo cual ayuda a reducir el impacto ambiental y a disminuir el uso de energías a base de carbón.
Edificios emblemáticos que definen eras
La siderurgia ha hecho posible la construcción de algunos de los edificios más icónicos del mundo. El Chrysler Building en Nueva York, construido en 1929, fue el primero en contar con una fachada de acero inoxidable.
Otros ejemplos son las Torres Petronas en Kuala Lumpur, el Burj Khalifa en Dubái y el Empire State Building en Nueva York. Estas invenciones no solo destacan por su altura y su diseño, sino también por su durabilidad y su capacidad para soportar condiciones adversas.
Tendencias actuales del uso del acero en la arquitectura
Las técnicas han evolucionado gracias al uso de materiales de alta resistencia y a la construcción modular. Estas innovaciones favorecen la creación de estructuras más ligeras y eficientes que se adaptan a las necesidades actuales, como la búsqueda de sostenibilidad.
Estilos y modalidades en la arquitectura moderna
Acero a la vista: en el contexto del estilo industrial, este material se ha convertido en una tendencia popular. Vigas expuestas, columnas al desnudo y escaleras helicoidales son algunos de los elementos destacados. Además, el uso de objetos decorativos como mesas, estanterías y lámparas complementan el ambiente moderno y funcional.
Steel framing o construcción modular: esta técnica consiste en usar láminas de acero en frío para crear cubiertas. Sobre estas se instalan planchas que sirven como pisos, techos y paredes. Ofrece grandes beneficios, como eficiencia, economía, y una mayor durabilidad y adaptabilidad a diversas condiciones climáticas.
Minimalismo: esta estética busca reducir al máximo los elementos innecesarios. En otras palabras, promueve el uso inteligente de los espacios. El acero es ideal para este estilo, pues facilita la creación de espacios abiertos sin grandes columnas. Otros elementos distintivos de este tipo de arquitectura son los ventanales amplios, el metal a la vista y los colores neutros.
Deconstructivismo: esta tendencia rompe con las normas tradicionales para crear formas innovadoras y asimétricas que llevan las infraestructuras a otro nivel. Se caracteriza por la ausencia de simetría y el uso de metales moldeables.
En Ternium sabemos que la arquitectura y el acero van de la mano. Su evolución es la prueba definitiva de que es capaz de adaptarse a los desafíos de cada época. Desde los primeros puentes y edificios hasta las modernas técnicas de construcción, ha sido y sigue siendo un componente esencial para el progreso de la sociedad.