El 19 de febrero, Antonio Helí Pérez López, Técnico Especialista en Refractarios en Planta Manizales, cumple 32 años de labores en la compañía, siendo testigo del crecimiento de la empresa desde sus inicios.
Si hay alguien que se conozca la Planta de Manizales como la palma de su mano, ese es Antonio Helí, más aún si se tiene en cuenta que ingresó a la compañía en 1990 como oficial de construcción y como él mismo lo dice, le tocó poner la primera piedra de lo que hoy es esta planta industrial.
Revestimiento de horno en Planta Manizales.
Luego de 28 meses de trabajar con la compañía constructora de la planta que nacía en esa época y que significaba un importante de desarrollo para la región, fue vinculado a ACASA para trabajar en la acería como supervisor de refractarios.
A sus 62 años, cuando piensa en lo que ha sido su paso por la compañía, manifiesta: “es una bendición de Dios porque yo soñaba con tener una mayor estabilidad laboral en una empresa. Siempre he sido una persona comprometida y honesta para trabajar y velo por el bienestar de quién me da el sustento, porque si a la compañía le va bien, nos va bien a todos”.
Revestimiento de horno OPT, con el que arrancó la empresa. Y ahí se encontraba Antonio Helí, revistiendo dicho horno.
Helí fue testigo y partícipe del montaje de horno de viga móvil, del montaje del horno fusión del que también fue supervisor, estuvo en el montaje de refractarios, fue supervisor de máquina de colada continua, hasta llegar hoy a ser Técnico Especialista en Refractarios, un tema en el que es un experto.
“Soñaba con ver una empresa como en la que hoy estoy trabajando, así de adelantada. Hoy sacamos 20 mil toneladas mensuales contra 1.600 que era el presupuesto inicial. Cambiamos el depurador por uno inmenso que fue un sueño cumplido y actualmente hay mucho compromiso por el bienestar y seguridad de las personas y de la comunidad, eso es muy positivo. Puedo decir que es la empresa que yo también hice, porque fue la que vi nacer y crecí con ella.
Me siento orgulloso y el día que me retire me voy con la satisfacción del deber cumplido y quiero que la empresa siga progresando y creciendo”, agrega Pérez.
A punta de refractarios y de su conocimiento sobre los mismos, Antonio Helí logró sacar adelante a su familia conformada por su esposa Amilbia Arismendi y sus tres hijas: Luz Adriana, Leidy Viviana y Yudy Carolina. Ahora la luz de sus ojos es su nieta Dulce María que, según él, llegó a llenar de alegría su casa.
Entre las cosas que destaca de la compañía es el empoderamiento actual de las mujeres y el hecho de que la empresa les brinde la posibilidad de ocupar cargos en la Acería que anteriormente eran ocupados solo por hombres.
Cuando piensa en un consejo que les daría a las nuevas generaciones, no escatima en afirmar que las cosas se ganan con esfuerzo y que trabajen por sus metas y por sacar adelante sus proyectos. “Esta empresa es una gran universidad, una escuela donde pueden crecer, llegar lejos y cumplir sus sueños”, concluye.